lunes, 2 de mayo de 2011

MORADO

“De color entre carmín y azul”. Así nos define la R.A.E. este tono, que toma su nombre del delicioso fruto del moral.

No es casual que a la mayoría de los niños les guste el morado; la magia, la fantasía y el misterio que tanto encandilan a los más pequeños están representados mediante este color.

Por otra parte, hablar del morado es hablar también de austeridad, penitencia y luto para los cristianos. Por esta razón el Adviento, la Cuaresma y la Semana Santa se tiñen del color cárdeno que también vestía el nazareno.

Contradiciendo en cierto modo lo anterior, el morado también se asocia a la realeza, el poder, la nobleza, el lujo y la ambición. En este sentido, nos sugiere riqueza y extravagancia, como la famosa y singular mirada violeta de Liz Taylor.

Otras cualidades mundanales, como la inteligencia, la sabiduría, la imaginación o la intuición pueden ser desarrolladas en un entorno donde el púrpura, que aporta serenidad y equilibra la mente, sea la tonalidad predominante.

Personalmente, y siendo de donde soy, no puedo dejar de sentir el morado como propio, ya que es el color de mi tierra; de Castilla y León en general y de mi Palencia en particular. Sobradamente conocido es el famoso pendón morado de Castilla. No tanto lo es la enseña de mi provincia, morada con su escudo en el centro.

Que cada uno se deje llevar por aquella sensación que le provoque esta amplia gama de tonalidades (morado, púrpura, violeta, lila, índigo…). Señoras, señores, este mes de mayo, el mes de las flores...



¡¡nos vamos a poner morados!!

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